Karmelo C. Iribarren (1959)

Karmelo C. Iribarren (1959)

TORMENTA DE VERANO

Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales.

El niño mira su columpio, muy triste, bajo la lluvia, y no lo entiende.

El padre mira al niño: es la vida, hijo -quisiera poder decirle-, y no ha hecho más que empezar.

 

 

 

 

 

RETRATO DEL POETA ADOLESCENTE

Un paquete de tabaco,
un libro de poemas,
cuarenta duros
para tomar unas cervezas…

Poca cosa, es verdad:
pero para mí
era suficiente.

Y entonces aparecieron las mujeres.

 

LAS RESACAS

Las primeras tienen
su cosa, es cierto. Otra vez
con el trago en la mano,
uno se siente a gusto de sentirse
tan mal, de tener ese cuerpo,
de ser al fin el blanco
de miradas y risas (comentarios
jocosos, vacilones), ya sabes,
de sufrir como un hombre.

Luego vienen las otras,

las de siempre, las clásicas,
sin el encanto de la novedad,
las que uno ya conoce en su justa
medida, aburridas y tercas,
pegajosas, las que apenas
sorprenden, las que una mañana
te avisan que ojo al parche,
pero tú ni te enteras.

Las últimas resacas,

las auténticas, las de verdad,
las que ni risas ni miradas
que valgan, las del vómito
encima, las del asco
y las lágrimas, las del miedo
a vivir y a morir de repente,
las de la más absoluta soledad,

esas, amigo mío, mejor
que no las tengas que pasar.

 

YA ESTÁ

Ya poseemos
casi todo
lo que nos iba
a hacer felices.
Puede decirse
que lo hemos
conseguido.

Ya está.

Ahora solo
nos queda
comprobar
hasta qué punto
fuimos sinceros
con nosotros
mismos.

 

AL LÍMITE

Tienes veinte años,
tienes a la vida
por el cuello
a tu merced;

pero no es suficiente,
quieres más.

Conozco
esa sensación.
Y te deseo mucha suerte,
la vas a necesitar.

Karmelo Iribarren

TRAGICÓMICO

Es lo que tiene,
el amor:
empiezas siendo
el galán
protagonista
de una maravillosa
comedia,

y acabas
convirtiéndote
en un actor
sobrio,
serio,
de carácter,
solo que de tu
propia tragedia.

 

LA CHICA DE LA MARQUESINA

Sale de la marquesina y mira
hacia la izquierda;
vuelve y reinicia su pequeño
«claqueteo» nervioso.

No aguanta más, se muere, necesita
que llegue el autobús; la vida, todo
lo que ésta le tenga reservado.
Y lo necesita ya, ahora, esta noche de sábado.
Mañana es una entelequia, una ficción,
un planeta a años luz.

Y vuelve a salir y mira y se consume de deseo.
Es terriblemente desgraciada un segundo
y al siguiente -llega el autobús al fin- se ríe
y parece que amanece en el mundo.

Y yo la miro y pienso
que, aunque solo fuera por eso,
por esa fuerza, por sentir
lo que ahora mismo está sintiendo ella,
merece la pena vivir.

 

VIEJA BAJO LA TORMENTA

Tendría alrededor
de ochenta años,
estaba atascada en un semáforo,
como un barquito de vela
bajo la tormenta,
incapaz de gobernar
el paraguas.
Al final,
dando bandazos,
no sé cómo,
a la desesperada,
llegó hasta la otra acera.

La guerra la tenía perdida
-como todos-,
pero había ganado esa batalla.

 

A DISCRECIÓN

La radio
está encendida.
Suena
la pedorreta
de una moto
en algún sitio.
La ráfaga
de un coche
a cada rato.
Enciendo
otro cigarro.
Pienso
que no debería
fumar tanto.
Me río
pero no
me río.
Miro el televisor:
más masacres,
más fraudes,
más despidos.
¡Bah!
La mierda
de diario.
Saco
otro Camel.
Echo
una bocanada
gorda
de humo
y asco.
Pongo
en marcha
el PC.
Y, como quien
abre fuego
a discreción,
escribo.

 

COMO UN RASGUÑO EN EL ALMA

Un simple
comentario
a destiempo,
sin ninguna
intención.
Pero tuvo
que ser ese,
entre todos
los posibles.

Y la vida pasa…

Y no prescribe.

 

RITUAL SANGRIENTO

Dejo el periódico
sobre la barra.
Enciendo
un cigarrillo.
Tomo
el primer trago
de café.
Una calada,
y después
otra más fuerte.
Ya está.
Ya estoy en marcha
-me digo-,
ya puedo
hacerle frente a esta locura.
Ahora,
a ver si hay suerte
y algo me llega
al corazón.

 

ES INÚTIL BUSCARLO

Es inútil buscarlo. Cuando
menos lo esperas, aparece
en un bar. Y ya nada es
igual en adelante. Un día
tocas los dientes de la gloria,
y al siguiente te rompe
el corazón. O no. O quizás
tienes suerte, y solo
acabas harto de la felicidad.

 

Karmelo IribarrenMADRID, METRO, NOCHE

Gente
exhausta,
con la vista
clavada
en el suelo,

preguntándose
por la vida,
la de verdad…

porque no puede ser
que sea
solo eso…

 

MALOS TIEMPOS

Ándate con cuidado,
que no se entere nadie
de que lo pasas bien,
que tu vida funciona,
y eres feliz a ratos.

Hay gente que es capaz
de cualquier cosa,
cuando ve una sonrisa.

ESO ERA AMOR

Te veía
llegar,
cruzar la puerta,
darme un besazo en el morro,
mirarme a los ojos
de esa manera única,
como solo tú miras
a los ojos: rompiendo el calendario.

Te veía
hacer esas cosas sencillas
que tú haces
para que el mundo
entre en razón;

y no sabía
a quién
darle las gracias.

TOCANDO FONDO

El último salvavidas
al que suelo agarrarme
en estos casos,
el teléfono,
hoy tampoco me sirve.
Por mucho que ahora marque
los tres o cuatro números
de amigos disponibles,
es seguro
que no estarán en casa,
o que si están
me manden literalmente
a la mierda
sin mediar palabra
y cuelguen.
Supongo
que los tengo
-y con razón-
hasta los huevos
de mis ya preocupantes
borracheras,
y que el perdón
y los arrepentimientos
perdieron su efectividad
hace ya tiempo.
Supongo que es así.
Pero, con todo,
lo peor es que no recuerdo
nada.
No sé con quién estuve,
ni dónde,
ni a quién dije algo
lo suficientemente fuerte
como para acabar a golpes por el suelo
y que ahora me duela hasta pensar.
Lo que está claro,
en cualquier caso,
es que me dieron de hostias
-como suele decirse-
hasta en el carné de identidad.
Que, por cierto, he perdido.
Lo mismo que las llaves,
la chupa,
y un ejemplar de tapas duras de Hammett
con un breve poema
dedicado dentro
que pensaba regalarle a una mujer
para el día de su cumpleaños,
que es hoy.
En fin,
que estoy hecho unos zorros,
o un cromo,
o más tirao que un lapo,
o más jodido
que una perra puta.
Y lo más triste
y negro
y peligroso de esta historia
es que ya no me queda
ni siquiera
el coraje necesario
para ponerme delante
del espejo
y mentirme
-una vez más-
que, por mis muertos, esto se tiene que acabar.

 

LO DIFÍCIL

Enamorarse es fácil.

Uno puede enamorarse
-sin demasiado esfuerzo-
varias veces al día,
a nada
que se lo proponga
y se mueva un poco por ahí;
y si es verano,
mi te cuento.

Enamorarse no tiene
mayor mérito.
Lo realmente difícil
-no conozco
ningún caso-
es salir entero
de una historia de amor.

 

LOS GATOS

Lentos
por las aceras,
inmóviles
en las repisas,
aovillados
en los sofás,

nos miran,
nos observan,
nos escrutan.

Llevan
miles de años
haciéndolo.

Y siguen
marcando
las distancias.

 

LA COBARDÍA AL FINAL PASA FACTURA

A veces
-cuando observa en los bares
la sana desvergüenza de los jóvenes-,
los rescoldos
de una oscura pasión avivan su mirada.

Y ni siquiera entonces
puede recordar sin sentirse culpable.

 

EL AMIGO

Llora cuanto quieras
sobre mi hombro,
desahógate,
cuenta conmigo
para lo que haga falta.

Pero no te equivoques,
no soy mejor que él:
le envidio
cada una
de tus lágrimas.

 

EL TIEMPO, YA TODO SE COMPRENDE

Como a veces
nos viene a la memoria
algo sin importancia
que dejamos
para el día siguiente
hace ya tiempo,

he recordado,
viejo amor,
cuánto te quise.

 

SU AUSENCIA

De aquí
a un tiempo,
puede
que llegue a ser
como vivir
en una ciudad que no te gusta
sabiendo
que nunca podrás
abandonarla;
pero eso,
en los mejores días.

 

LOS VIEJOS CAMARADAS

Alegra esa cara,
hombre
-dicen, dándote una
palmadita en la espalda-,
hay que ser más
optimista,
tú al menos puedes
contarlo, ¿no?,
otros no tienen tanta suerte.

Y luego miran enseguida
el reloj,
y se van.
No vaya a ser
que se lo cuentes.

 

EL AMOR

Como el viento que encuentra
una rendija
y se cuela en la habitación
y lo desordena todo
libros
facturas
poemas
así llega
en la vida
el amor.

Nada es igual a partir de entonces,
ese caos
es la felicidad.

Pero un día habrá que recoger.

Suerte si no te toca a ti.

 

EN EL TREN

Hace unos minutos
que ha recibido la llamada,
y desde entonces no ha soltado el pañuelo

Qué tristes
son las lágrimas de un viejo,
te desarman,
te dejan sin opción.

Solo puedes imaginarte lo peor.

 

COSAS DE LA EDAD

Cosas de la edad,
supongo:
te da
por mirar
atrás,
hacia tu vida,
y ves
que no ha sido
en el fondo
más que un puñetero
fraude.

Y después
-para joderlo
del todo-,
no se te ocurre
otra cosa
que mirar
hacia adelante.

 

VALORES EN ALZA

No solo eres guapo,
fuerte y listo,
sino que además
de conciencia
ni una pizca

Enhorabuena,
amigo:
este mundo
está hecho
a tu medida.

 

CONVIENE NO OLVIDARLO

No hay nada
gratis. Ni siquiera
lo que es gratis es gratis de verdad.
Siempre
te lo descuentan
de algún sitio.

 

LO DEMÁS SON HISTORIAS

Mi mujer y mi hija,
estas paredes y estos libros,
un puñado de amigos
que me quieren
-y a los que quiero de verdad-,
las olas del Cantábrico
en septiembre,
tres bares, cuatro
con el garito de la playa.
Aunque sé que me dejo
algunas cosas, puedo decir
que, de ser algo, ésa es mi patria.
Lo demás son historias.

 

Karmelo Iribarren (2)VENCIDO

Vencido, una vez más. Por el amor,
el odio, o por la vida
que no hace concesiones
ni da treguas. Aquí,
en la esquina de un siglo
tan inútil como lo fueron
todos. Y también
tan sanguinario. Fumando
un cigarrillo. Indiferente. Viendo
cómo la gente se destroza,
y sin sentir nada especial.

 

 

INTUICIÓN DEL FRÍO

No es el de la niñez,
aquellas mañanas de diciembre,
a lo largo del río,
hacia el colegio.

Ni se trata tampoco de aquel otro
que te sorprendería
años después
más de una madrugada
dando tumbos.

No, este es distinto, este
da miedo:
viene
del futuro.

 

LAS MUJERES

No sé qué tienen
(además de lo que tienen), pero
sin duda
es mágico.
Capaces,
con un mínimo gesto,
de hacerte desear
no haber nacido nunca
en un instante
y que al siguiente te arrojes
a sus pies, pasan
siempre de largo.
Sus miradas
desarman.
Sus caricias
te pueden reducir a un pobre imbécil.
Son como el alumbrado
de la vida.
Las mujeres.
Lo máximo.

 

COMO TÚ

Mujeres como tú
son las que consiguen
que se declaren
las guerras
y que algún general
que otro
llegue incluso
a escuchar
el silbido
de las balas.

 

SEGURO QUE ESTA HISTORIA TE SUENA

Al fondo de la barra
una mujer; una
mujer en principio
como tantas: que fuma,
bebe, ríe, charla, y se echa
la melena para atrás;
ya digo, como tantas.

Hasta que su
mirada se cruza acaso
con la tuya
-o a ti te lo parece-,
y por un breve
instante
el tiempo se detiene,
y esa mujer es única,
y todo cambia,
y todo puede pasar.

Todo.

También
-como sucede
casi siempre-,
absolutamente nada.

 

LA MUJER DE MIS SUEÑOS

En todas las ciudades
que he pisado
me ha parecido verte:

un autobús que arranca
y que no cojo,
o un ascensor cerrándose,
o doblando una esquina hacia
la noche,
o al fondo,
entre humo y voces,
de un bar de madrugada…

En cualquier sitio, siempre,
tu imagen que aparece
y desaparece.

 

SEÑOR

No es que moleste
en sí, pero
cuesta acostumbrarse.

Eso de que vayas
por ahí
tranquilamente
y se te acerque
una chavala
y te diga:
«¿Tiene hora señor?»,

Eso de que te saquen
de la pista
con tanta educación,
no es fácil de asumir,
qué duda cabe.

 

HISTORIA APENAS ENTREVISTA

Acaba
de cruzar
frente a mi parabrisas.
Es ella.
La recuerdo
muy bien.
Siempre con algún libro
de Simone de Beauvoir
(«Acabemos con la tiranía de la belleza»
y ese tipo de historias).
Luego, un día,
desapareció. Se fue a vivir
con un viejo economista.
Se ha pasado
al enemigo,
dijeron unas.
Ya se sabe,
el dinero tiene imán,
dijeron otras…
Pero no.
Sucedió algo
mucho más sencillo.
Tanto
que fue ella misma
la primera
sorprendida:
Se enamoró.

 

EL FUTURO

El futuro es vuestro,
chavales,
decían,
como quien te dice
que te ha tocado algo,

¡El futuro!
Menudo
fraude:
letras y letras
y más letras de Banco,
o la puta calle.

 

POR QUÉ NO

Esta noche, por lo que a mí
respecta bien podría saltar
el mundo en mil pedazos.
Por qué no. Y nosotros con él.
Acabar. Echarle de una vez
-y para siempre- el telón
a este teatro, a esta absurda
comedia. Al menos, tendría
su razón de ser otra cerveza.

 

DE COPAS CON CIORÁN

Con los días contados,
chaval, así vivimos
todos. Esperando
a que nos tachen
de la lista. Distrayendo
la espera con tragos
y canciones. No hay más.
Puedes llorar o morirte
de risa. Como prefieras.

 

SUPERVIVENCIA

Uno siempre espera
que suceda algo,
que algo bueno suceda,
algo que le dé un giro brusco,
un empujón, un bandazo
de suerte a su vida
de repente, porque sí,
en el momento más inesperado.

Pero no pasa nada, claro,
nunca pasa nada.
Porque uno no es más que un pobre
diablo (qué te creías, pues),
un número, una fecha,
un papel olvidado en un sótano
tétrico, traspapelado
entre millones de papeles.

Y al final, uno, qué remedio,
acaba aceptando que es así,
asume el fracaso,
se mira en el espejo y se da risa
(o llora, pero muy bajo),
se dice que la vida…, en fin,
que no hay nada que hacer,
y ni siquiera se queja, para qué.

Uno ya solo quiere llegar
al día siguiente, sin
sobresaltos, poder ver a su
equipo por la tele el sábado, fumar
menos, dormir bien, echar
de vez en cuando un trago, cumplir años,
seguir vivo…, sin más.

Karmelo-C.-Iribarren

AHORA

Después de haber visto
el mundo, a través
de una botella, durante
más de quince años,
ahora -pasada ya la cumbre de la ruina,
firme en el otro lado-,
puedo decir al fin y digo
que es verdad: el amor
es un invento necesario.

 

EN LA SOMBRA

Cuídate mucho
de los que solo miran,
de los que siempre
están detrás,
de esos a los que nunca
se dirige nadie.

Cuídate
mucho de ellos.
Con el tiempo
-si pueden-,
te buscarán para vengarse.

 

LA VIDA, OTRA VEZ, SIEMPRE

La vida es
como rellenar
un pliego
de descargo:
nunca te hace caso
ni dios.
Siempre te falta
alguna póliza,
algún dato,
alguna cifra,
algún papel.
Siempre se guardan
alguna carta,
en la manga,
para finalmente
poder seguir
jodiéndote.

 

SI NO FUESE POR ESTOS MOMENTOS, ¿EH?

Un heavy borracho,
con la chustarra
del canuto
apagada
en los labios,
balbuceándome
que si le dejo poner
un cartel en la puerta,
que son un grupo guapo,
Los Nervios,
y que tocan el viernes 23
a las 11:45
y que no falte.

Y yo diciéndole
que de qué mes
porque hoy es sábado 24,
y a mí
antes de las 7
no me vacila
ni mi padre.

 

UNA MUJER

Una mujer
a la que no solo
no le falta
de nada, sino
que tiene para dar y tomar
de todo lo que a los hombres
-por mucho que digamos
lo contrario-
tanto nos gusta
en las mujeres:
feminidad, sutileza,
clase, buen humor,
ternura,
y una carcasa alucinante.

Ésa eres tú.

 

EL ERROR HUMANO

Llevamos cometiendo
los mismos errores
desde el origen
remoto
de la especie.
No parece haber
remedio para esto:
ni humano
ni divino.

Y me pregunto
si la única
solución
posible
no estará
precisamente ahí,
en seguir cometiéndolos
hasta sus últimas
consecuencias,
en tensar esta locura
hasta más allá del límite,
hasta que desaparezcamos
todos
de la faz de la tierra
en un festín
brutal
de sangre
y semen
de una maldita vez
y para siempre.

 

Iribrren KarmeloNADA, UN ESPEJISMO

Lucía el sol, el aire
estaba limpio,
había descansado
diez horas de un tirón,
el camarero me miró
como si fuese otra persona,
el café no me sentó
como un tiro…

Pero ¿qué estaba pasando?
Miré al fondo, unos tipos
a punto de ser estrangulados
por sus corbatas, de esos
que mueven «kilos»
chasqueando los dedos,
con su sola presencia
se encargaron de poner
las cosas en su sitio.

 

ESTO ES EL ACABÓSE

No queda nada
ya,
ni respeto,
ni valores
morales,
ni nada
-dicen-,

esto es
el acabóse,
esta sociedad
está en estado
terminal
-apostrofan-;

y siguen
invirtiendo
en bolsa.

 

UNOS VIEJOS

Tendrías
que haberlos visto,
ahí,
en el parque,
en el único banco
al sol,
quietos,
como efigies,
observándolo todo,
hasta el más mínimo detalle,
como si fuese irrepetible.

 

ELLA

A veces
dejo de teclear
unos instantes

y pienso
en ella

lenta
pero indetenible

como un glaciar
en la noche.

 

VUELVE A INTENTARLO

Esas mañanas de domingo
en invierno,
a primera hora:

las calles recién regadas,
el aire fresco,
limpio,
el olor a cruasán de las cafeterías,
la locura
de los pájaros…

Como si la vida
te dijese:
mira, aquí me tienes,
vuelve a intentarlo.
Poemas extraídos del libro «Seguro Que Esta Historia Te Suena. Poesía Completa, 1985-2012»