François de La Rochefoucauld (1613-1680)

“Sea cual sea la causa que atribuimos a nuestras aflicciones, a menudo no es más que el interés y la vanidad”.

-“Es difícil decidir si un proceder claro, sincero y digno es efecto de la honradez o de la habilidad”.

-“Lo que parece generosidad a menudo no es más que una ambición disfrazada, que desdeña lo menor para aspirar a objetivos más grandes”.

-“No es una gran desdicha hacer favores a ingratos, pero es una insoportable deber favores a hombre indignos”.

-“Esa clemencia, de la que se hace virtud, a veces se practica por vanidad, otras por pereza, a menudo por miedo, y casi siempre por esas tres razones juntas”.

-“Admitimos nuestros defectos para reparar con nuestra sinceridad el daño que nos causan en la opinión ajena”.

“La bondad natural, que se jacta de ser tan sensible, a menudo queda sofocada por el menor de los intereses”.

-“Las pasiones más vehementes de vez en cuando nos conceden una tregua, pero la vanidad siempre nos agita”.

-“Con frecuencia el hombre cree estar conduciéndose a sí mismo cuando es conducido, y mientras con su mente tiende a una meta, su corazón le arrastra insensiblemente hacia otra”.

-“Lo que los hombres llaman amistad no es más que un pacto, un respeto recíproco de intereses y un intercambio de favores; en resumidas cuentas, una relación en la que el amor propio siempre se propone ganar algo”.

-“Casi todos nuestros defectos son más perdonables que los medios de que nos servimos para disimularlos”.

-“La mayoría de los jóvenes creen ser naturales, cuando no son más que descorteses y groseros”.

-“La confianza ayuda más a la conversación que el ingenio”.

-“Los que se dejan engañar por nosotros no nos parecen ni con mucho tan ridículos como nos parecemos nosotros mismos al dejarnos engañar por los demás”.

-“En la mayor parte de los hombres el amor a la justicia no es más que el miedo a sufrir la injusticia”.

-“Nada impide tanto el ser natural como el deseo de parecerlo”.

-“En los celos hay más amor propio que amor”.

-“A menudo nos sonrojaríamos por nuestras acciones más nobles si los demás conocieran todos los motivos que las han inspirado”.

-“Hay personas que nunca se hubiesen enamorado si jamás hubieran oído hablar del amor”.

-“Si resistimos a nuestra pasiones ello se debe más a su debilidad que a nuestra fuerza”.

-“El deseo de hablar de nosotros mismos y de mostrar nuestros defectos tal como queremos que los demás los vean representa una gran parte de nuestra sinceridad”.

-“Las únicas personas que nos parecen sensatas son las que opinan como nosotros”.

-“La elegancia es al cuerpo lo que la agudeza es a la mente”.

-“Aunque los hombres se jactan de sus grandes acciones, éstas no son a menudo la consecuencia de un propósito grandioso, sino consecuencia del azar”.

-“Elogiar de buena gana una acción noble, en cierto modo es casi participar en ella”.

-“Estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás que finalmente nos disfrazamos para nosotros mismos”.

-“Es más difícil ser fiel a la amada cuando somos dichosos con ella que cuando nos trata con desvío”.

-“La gloria de los grandes hombres siempre ha de medirse por los medios de que se han servido para adquirirla”.

-“Los viejos gustan de dar buenos ejemplos para consolarse de no estar ya en condiciones de dar malos ejemplos”.

-“Rechazar elogios es un deseo de ser elogiado dos veces”.

-“A menudo se traiciona más por debilidad que por un propósito deliberado de traicionar”.

-“Las virtudes se pierden en el interés como los ríos en el mar”.

-“Los bienes y los males que nos acaecen no nos afectan según su magnitud, si no según nuestra debilidad”.

-“Poco ingenio con rectitud, a la larga aburre menos que mucho ingenio con malignidad”.

-“La persona juiciosa sabe que es preferible no competir que vencer”.

-“Es mucho más fácil sofocar un deseo que satisfacer todos los que le siguen”.

-“Por lo común, lo que nos impide mostrar el fondo de nuestro corazón a nuestros amigos, más que la desconfianza que podamos sentir por ellos, es la que sentimos por nosotros mismos”.

-“Hay falsedades disfrazadas que simulan tan bien la verdad que sería un error de juicio no dejarse engañar por ellas”.

-“Por mucho que nos elogien no conseguirán sorprendernos”.

-“Es imposible volver a amar por segunda vez lo que verdaderamente se dejó de amar”.

-“Nada más raro que la verdadera bondad; incluso quienes creen poseerla por lo común son tan solo complacientes o débiles”.

-“El verdadero hombre de mundo es aquél que no se jacta de nada”.

-“Quien vive sin locura no es tan cuerdo como cree”.

-“El valor completo consiste en hacer sin testigos lo que uno sería capaz de hacer ante todo el mundo”.

-“El atractivo de la novedad es al amor lo que la flor a los frutos: le da un lucimiento que enseguida se desvanece y que no vuelve jamás”.

De la obra “Máximas: Reflexiones o Sentencias y Máximas Morales”

 

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